En tiempos del Imperio Romano, la ciudad de Roma ascendió de categoría, acabando siendo la Urbe por excelencia. Los romanos se dedicaron a ver y conquistar mundo, esclavizando a quienes se opusieron a su llegada, aumentado con ellos sus servicios sociales sin aumentar el coste. Esto podía ocupar a los hombres libres para el ejército y aumentar su poder militar, con el que capturar más esclavos. Con esto conquistaron gran parte de Europa, hasta que cayeron debido a que se acabaron descuidando, y Roma volvió a ser la ciudad que era.